jueves, 10 de marzo de 2016

Compi Yogui sé fuerte

Las amistades de Juan Carlos I ya fueron todo un vivero de facinerosos de toda especie, que, armados con traje, corbata y maletín, hacían toda clase de negocios turbios a la vera del monarca. Un repaso a los habituales amigos que acompañaban a Juan Carlos, bien a Mallorca cuando hacía el snob en un barco de vela (el Bribón, se llamaba, muy oportuno), o bien a cazar, daría para toda una crónica de sucesos. Pero por aquel entonces el rey, garante de la estabilidad democrática, estaba protegido y todos los medios hacían damnatio memoriae cuando la porquería podía salpicar a Casa Real. 

Hasta hace un día teníamos otra edición de rey impoluto, igual de garante de la estabilidad que su padre pero con un aire más juvenil y políglota, para que no se diga que la monarquía no se adapta a estos tiempos de efebocracia y la ‘generación más preparada de la historia’. Pero hete aquí que, en los tiempos en que la comunicación ya no está únicamente en manos de las grandes empresas, a Felipe le ha salido una mancha en su impecable traje de rey. De los grandes medios, encubridores habituales de los desmanes reales, mejor ni hablo, porque siguen en su camino al descrédito.

En esta noticia pueden ver el compadreo que Felipe y Letizia mantienen con uno de los implicados en lo de las tarjetas black. Letizia, en un principio, escribe el siguiente mensaje: “Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, merde. Un beso compi yogui (miss you!!!)”. Para mucha gente lo llamativo ha sido lo de “compi yogui”, que es de un ridículo sin precedentes, pero lo de “Lo demás, merde” es peor. “Lo demás”, para mí, claramente somos todos aquellos que en la medida que fuese criticamos a los usuarios de las tarjetas black. Sus súbditos.

En esta reedición corregida y aumentada del “Luis sé fuerte” interviene Felipe. Se muestra muy campechano, con mensajes que dicen “Ahí va! Pues claro que no, hombre. Era por charlar con tranquilidad. Ya cuando vuelvas hablamos. Un abrazo y disfruta algo lejos de este barullo”, cuando López Madrid le dice que no puede ir a comer porque anda por San Francisco. Éste, sin embargo, se muestra servil, respondiéndole siempre con un muy feudal “señor”. Lo correcto creo que es “Majestad”, pero no voy a ser tiquismiquis con la etiqueta. 

Bueno, pues hala, primera mancha. Han insistido en que ya no hay amistad entre la pareja real y López Madrid, pero debe ser un poco como cuando Rajoy, después de apoyar a algún corrupto de su partido, acaba por desconocer su existencia. Vamos, que no cuela.

Que se anden con ojo, que hoy acaba por saberse todo y esa querencia de los Borbones por rodearse de toda clase de delincuentes habituales acaba por darnos alegrías a los republicanos. Ya tenemos una infanta en el banquillo, rodeada de varios corruptos y algunos corruptores. De su padre ya hablamos. Felipe también tiene amigos turbios. Solo se libra Elena, que es a la única que en un juicio no se haría la tonta. Le vino de serie.

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