He visto como muchos medios que patrocinan a Podemos han puesto un
gran empeño en insistirnos en que la gran triunfadora de la jornada ha
sido Podemos, sobre todo atribuyéndoles a ellos en exclusiva los vuelcos
en ciudades como Madrid o Barcelona. No tengo ganas de discutir que el
resultado de Podemos en dónde se puede medir, las autonómicas, es muy
bueno, con un total del 14%. Porcentaje por debajo, eso sí, del de
Andalucía hace unos meses, que fue el 15%. Además el mejor resultado
lo ha obtenido el opositor interno del Mesías, Echenique, en Aragón,
con un 20%. También ese resultado suele estar por debajo de las
candidaturas municipales. No sé si la cúpula de la Complutense se habrá
dado cuenta, quizá sea verdad aquello de que los dioses ciegan a quienes
quieren perder.
Leo medios
y veo telediarios y no parecen incidir en ello. Crean al impresión de
que ha arrasado Podemos, aunque parece que Pableras va a tener que
envainársela y tomar el cielo por consenso. El consenso de las
candidaturas municipales, como en Barcelona, lugar en el que no se
atrevió a cuestionar a Ada Colau y Barcelona en Comú, donde por cierto,
que parece que nadie se ha enterado, el número dos es Gerardo Pisarello…
de Esquerra Unida. O el consenso de los parlamentos autonómicos, donde
Podemos deberá jugar un desagradable papel de bisagra, donde se las verá
con pactar con unos o dejar gobernar a otros. Mi opinión es que es la
mayor pesadilla de Pablo Iglesias. Triunfadores hoy, en unas semanas
comienzan el verdadero juego de la política, ese en el que te van a dar a
frayar tomes la decisión que tomes.
Recuerdo de mi infancia una
frase que decía, más o menos, “solo no puedes, con amigos sí”. Supongo
que eso serviría para confluir. Pero confluir es algo más complicado de
lo deseable. No vale, por ejemplo, empezar enrocándose a las primeras de
cambio, exigiendo condiciones a sabiendas inasumibles por las otras
partes para luego acusar a los demás de no querer confluir. Porque una
cosa es confluir y otra disolverse, estilo Izquierda Anticapitalista en
Podemos. Supongo que seguirán diciendo que no entendemos nada, pero con
el paso del tiempo, serán los suyos los que dejen de entender también
muchas cosas. Sobre todo si pasan cosas difíciles de explicar.