Hablo del programa que Cuatro (se está ganando a pulso que la llame Cutre, y todavía no he hablado de Iker Jiménez) estrenó el pasado martes, llamado "Adán y Eva", para deleite de aquellos que se ríen de la idiotez ajena y algún pajillero terminal al que se le cayó la conexión a internet. Un nuevo hito para una cadena que llena su programación de cabezas huecas que buscan pareja y por el camino dan vergüenza ajena. ¿Recuerdan "Granjero busca esposa" o esas madres que le buscaban novia a los palurdos de sus hijos? Made in Cuatro. Apesta a leguas de distancia.
Centrándose en la manada de lerdos que han reunido para este programa, cabe decir que espero que hayan cavado mucho para encontrar semejante detritus, porque si no les ha costado toparse con tanto pazguato, debería preocuparnos la sociedad en la que vivimos. Desde el zopenco que está orgulloso de su miembro viril porque es más grande que su cerebro a la estúpida que los mide por el tamaño de sus coches. Muestras de ignorancia sonrojantes que quedan sazonadas por la desnudez del personal, con la coartada del "experimento sociológico" (como Gran Hermano). Basura en vena.
Lógicamente, el programa ha sido un éxito de audiencia. Dos millones y pico de personas han estado frente a la tele para disfrutar del exhibicionismo de una panda de descerebrados. Del exhibicionismo físico y del de las telarañas que hay dentro de su cabeza.
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Me he encontrado a Pablo Iglesias en la sopa: El Mesías ha aparecido hoy en "Al Rojo Vivo". Para que supiera que jugaba en casa hoy su presentador ha estado inusualmente agresivo con la formación que el Líder Supremo quiere aniquilar, que es IU. Preguntas y respuestas ensayadas, tertulianos blandos como la mierda de pavo... en fin, que luego quieren venderme que su éxito no tiene nada que ver con los medios. Más que mamadas televisivas, lo que deberían hacer esos que se proclaman periodistas es investigar ciertas cosas raras que pasan entre esos iluminados, y algún asuntillo turbio.
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