jueves, 2 de octubre de 2014

RTVE QEPD

Televisión Española, la tele que debería ser de todos y para todos, pasa por momentos de grave crisis. Una mala noticia para aquellos que pensamos que la existencia de una televisión pública de calidad y con verdadera vocación de servicio público es imprescindible en una sociedad avanzada en el siglo XXI. Claro, aquí podríamos dudar de ser avanzados e incluso de estar en el siglo XXI.

La noticia ha sido la dimisión de González-Echenique como presidente del ente público, al parecer por diferencias presupuestarias con Montoro Manostijeras, el que todo lo que toca lo recorta. Puro teatro para un plan que de momento les va por buen camino. Algo saben del tema, el cadáver frío de Canal Nou y la agonizante Telemadrid son claros ejemplos del modus operandi a la hora de cargarse cualquier cosa que huela a público y convertirlo en pasto de amiguetes empresarios.

Recapitulemos.


Precedente:Nos encontramos con una RTVE a la que se le ha extirpado la publicidad. Para mi fue positivo solo a medias, ya que seguían compitiendo por las audiencias, un sinsentido dado que las mediciones se hacen principalmente por cuestiones publicitarias. Se perdió la oportunidad de hacer una programación de verdadero interés público (no siempre coincidente con los gustos de la mayoría) alejada de la simple lucha por el share. Eso resultó en una televisión que funcionaba como una privada pero se financiaba como una pública. Mal comienzo.

Primero:Llega un nuevo gobierno. Su ideología se basa en arremeter contra lo público. Se encuentran con una RTVE deficitaria y se frotan las manos: al tajo. Colocan al primer zopenco que tienen a mano a regir los destinos del ente de comunicación más grande del estado. Alguien tan carente de talento que para él hacer funcionar la tele pública sería como que el burro hiciese sonar la flauta. Su nombre: Leopoldo González-Echenique.

Segundo:Una vez puesto el tarugo al mando, el siguiente paso es convertir la programación en un ahuyentador de espectadores. Nos encontramos por ejemplo, con un matinal encabezado por la descerebrada de Mariló Montero, o con el repulsivo (y por fortuna finiquitado) programa "Entre todos", ejemplo de como  convertir el sufrimiento humano en un espectáculo televisivo. Mientras, siguen en las mediciones de audiencia (la poca que les queda).

Tercero:Que quieran que la audiencia se pire a otras cadenas no significa que mientras tanto no pueda servir como órgano de propaganda partidista. Un director de informativos que sabe cómo se hacen las cosas y pronto los Telediarios se convierten en parodias de sí mismos. Actualmente se mueven entre el descrédito y el ridículo.

Cuarto:La actual. Una vez que la programación despierta bufidos en el espectador, sus informativos son el hazmerreir de las teles serias europeas y la situación económica es la definición de la quiebra más absoluta (se especula con un posible cierre de Teledeporte, aunque puede sobrevivir) la mayor parte de los objetivos están cumplidos.

Quinto:Muy difícil, vive en los sueños húmedos de los ultraliberales españoles, pero es un paso último hacia el que avanzan: La privatización o el cierre. Así, todo el panorama de la comunicación en España quedará en buenas manos, las de los empresarios.

RTVE QEPD. Sea quien sea el de las iniciales.

------


Y si digo que España puede que no esté en el siglo XXI es por algo: Ayer vi la noticia de un niño que un día les dijo a los reyes (los Magos no, los otros) que el servicio de sanidad gallego no le cubría el tratamiento para su enfermedad. Los monarcas, sensibles al sufrimiento de sus súbditos, le han mandado una carta diciéndole que van a pasar a la acción y parece que la Xunta de Galicia ahora va a actuar. Alegrándome por el guaje, tengo que decir que los servicios públicos deberían actuar para proteger a quien lo necesita, porque para eso están y por ello pagamos impuestos. No, desde luego, por intercesión real.

No hay comentarios:

Publicar un comentario