viernes, 3 de octubre de 2014

La medición de audiencias ante un cambio de paradigma

Ayer, como es tradición, salieron los datos mensuales de audiencias correspondientes al mes de Septiembre. En las cadenas esto tiene algo en común con el gobierno y los datos del paro: sea cual sea el resultado encuentran en él alguna cosilla (por muy catastrófico que sea lo demás), que servirá para que proclamen que vamos como dios, que somos el pasmo y la envidia del mundo entero y que lo que queda va a ser todavía mejor. Postureo.

Dado que este tema será recurrente, conviene una sucinta explicación. Las audiencias se miden gracias a unos aparatitos instalados en las casas de algunas familias (4625 en concreto), consideradas representativas de diversos estratos sociales para ajustar datos. Los anunciantes, con posterioridad, querrán publicitarse en los programas de mayor audiencia y las televisiones cobrarán bastante más por esos espacios. Un sistema estupendo... para los años noventa.

Este no es solo un problema local, también sucede en otros países, si bien evolucionan. Aquí no. Aquí la televisión, al igual que otros medios, se mueve en estos nuevos tiempos de democratización de las comunicaciones con la torpeza propia de quien estuvo muy a gusto en la poltrona durante muchos años y de golpe le han cambiado las reglas del juego. Actualmente, buena parte de su audiencia potencial, por el precio de la conexión de internet, puede bajar al día siguiente de su estreno series extranjeras que una cadena no tendrá en exclusiva hasta meses más tarde, ver programas a otros horarios con menos anuncios o incluso fabricarse una programación a la carta. Un cambio de paradigma muy fuerte para unos directivos que acostumbraron a los espectadores a tragar lo que les echasen. Sin duda pueden establecerse parecidos paralelismos en otros ámbitos.

Este cambio también lo es para los medidores de audiencia. Aunque sí pueden indicar tendencias, está claro que es un sistema incapaz de reflejar cuál es la repercusión real que pueden tener los espacios televisivos. Si, del mismo modo que los directivos de televisión y publicistas, siguen centrando su atención únicamente en lo que se ve en un momento dado en unas pocas pantallas, pronto los aparatitos de medición pasarán al olvido por ineficaces, junto con los actuales modelos televisivos.

¿Qué sucederá dentro de unos años? No lo sé, no soy adivino. Pero intuyo que será algo que se parezca mucho a la programación a la carta. Las productoras televisivas realizarán sus producciones y el espectador decidirá cuando verlas entre multitud de opciones. Años pasarán para esto, claro, mientras tanto habrá "Sálvame" pa rato.

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Final de la segunda temporada de "The Bridge": Notable serie, sin más, que se hace mejor por centrarse en algunos aspectos que no son habituales: Ciudad Juárez, El Paso y la frontera. Si bien creo que le falta algo de colmillo y audacia (Ciudad Juárez daría para una versión mexicana de "The Wire" mucho más heavy), que le sobra algo de efecticismo y que peca de cierta irregularidad en su desarrollo, creo que es una apuesta muy disfrutable, aunque con potencial para bastante más.


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