miércoles, 1 de octubre de 2014

Presentación del Blog

Uno de los datos más devastadores que la sociedad española actual es la continua subida de los minutos de consumo televisivo mes tras mes. Buscar hipótesis no es demasiado difícil: la mayor parte del personal en este país está en el paro, nadie se pasa el equivalente de una jornada laboral buscando trabajo. Así que desde hace más tiempo del que sería aconsejable para la salud mental de la sociedad, el promedio de minutos de consumo televisivo al día alcanza los 240 minutos. 4 horas al día. De media, lo que significa que los hay que más. Cabe destacar que, tanto en lo bueno como en lo malo, el elevado consumo de televisión lo convierte en el nuevo equivalente del opio del pueblo, el embrutecimiento necesaria para huir de las miserias cotidianas.


En esto, los genios que llevan las campañas de los políticos (auténticas luminarias nunca suficientemente bien ponderadas), han dado un paso más, convirtiendo la televisión en una nueva cámara de representación donde debaten furiosamente y tienen trifulcas de teatrillo. Normal, considerando que al político que solo interviene en los sitios habituales (parlamentos y demás) no lo conocen ni en su casa a la hora de comer. Así tenemos desde partidos políticos montados al calor de los focos de los platós televisivos hasta jefes de otros que llegan a llamar a conocidos programas que viven de la miseria humana. Por no hablar de las cadenas marginales del TDT, donde la Iglesia y la carcunda compiten entre ellos a ver quien es más facha demócrata.


Pero no todo tiene que ser malo. Desde hace varios años se desarrolla un debate bastante sugestivo, en torno a una posible mejora de calidad de las series de televisión respecto al cine. Debate de lo más sano y constructivo, que podemos basar sobre todo en la cantidad de series que actualmente rayan a un nivel sobresaliente en comparación a las películas que se suelen estrenar en el cine. En el llamado séptimo arte, en estos últimos años, se llevan películas de superhéroes, secuelas y secuelas hasta el cansancio y argumentos para descerebrados. Mientras tanto, la televisión se ha llenado de historias atrayentes que son desarrolladas por guiones que rozan lo portentoso y realizaciones de gran calidad. La cara de una moneda, la televisiva, que durante años había sido siempre en la cruz.

Este blog nace, por tanto, como un mero vehículo de expresión del que escribe para su simple desahogo cuando esté mosqueado, y para compartir, con todo el que tenga paciencia para leer esto, las cosas que me parezcan malas, buenas, mediocres, peligrosas para la salud mental (y física, que hay programas que son como para tirarse por la ventana, como muestra el vídeo de abajo) y todo eso. Que os sea leve.






No hay comentarios:

Publicar un comentario