El post muy bien podría ir a analizar
en lo que se han convertido algunos famosillos españoles tras contar
con sus cinco minutos de fama. Puro lumpen, sacado de lo más hondo
de las alcantarillas, que tras haber servido de meros payasos que
hacían el ridículo por un puñado de euros acabaron sumidos en el
olvido. Supongo que muchos no los recordaréis, pero hubo una época
que la televisión rosa de este país se vio inundada de frikis del
peor pelaje, auténticos engendros del demonio cuyas disparatadas
vivencias fueron comedero de comentaristas-buitres y llenaban horas
de programación de vergüenza ajena y montajes descerebrados.
Me refiero a aquel ganado que,
encabezado por sujetos como Paco Porras, Tamara, Leonardo Dantés y
algunos imbéciles más, copó horas de emisión que convirtieron en
prioridad tener algún tipo de televisión de pago, por cable o por
satélite, para poder huir de espectáculos chabacanos en el cual
colaboraron por cuatro perras. Poder refugiarse en alguna cadena
temática, aunque lo que diesen no fuese la octava maravilla
entonces, se convertía en llegar a un oasis tras tanta bazofia
infame, tras tanto imbécil vendiendo su dignidad por un plato de
lentejas sin cocer.
Desconozco a qué se dedican todos
estos personajes hoy en día, pero me consta que algunos se tomaban
a sí mismos en serio (parece increíble, pero sí), y que al
estamparse con la dura realidad del desprecio de la gente y las
burlas de extrema crueldad, cayeron en la depresión y les costó
asumir su merecido olvido. Nunca debieron existir como personajes
catódicos, muchos impulsados por un impresentable caradura que ahora
va de serio, Javier Cárdenas, y patrocinados por otro aún peor que
él, ese que hoy va de analista político, Javier Sardá. Su
reclusión en el olvido no deja de ser el retorno al lugar de donde
nunca debieron salir, pero hoy, los que se aprovecharon de ellos y
los convirtieron en objeto de mofa social siguen tan campantes y
viviendo muy bien. La banda de cazurros que les acompañó no habrá
aprendido la lección y de seguro que volverían a salir en cualquier
mierda de programa por cuatro duros.
Pero no, hoy no va de despojos de lo
más bajo, ni siquiera de televisión de este país.
Hoy esto va de un actor estadounidense
bastante flojito, pero que tenía atractivo para las nenas y tuvo la
suerte de protagonizar una serie que era puro disparate, y que en
su primera temporada se convirtió en un auténtico fenómeno de
masas a pesar de que su querencia por dejar a los protagonistas en
medio de situaciones azarosas iba a ser claramente su tumba. Se trata
de 'Prison Break', aquella de fugas que a tanta gente le gustó en la
primera temporada y les repelió en la segunda.
El más popular, que respondía al poco
comercial nombre de Wentworth Miller, hoy anda sumido en la
depresión. Sobre todo porque han sacado una foto suya en la cual su
apolíneo perfil ha sido sustituido por el de un bodoque, además de
descubrir la clave de por qué se rapaba. Como una imagen vale más
que mil palabras, les pongo el meme en cuestión:
El actor con nombre de mayordomo
británico emitió ante la imagen un lacrimógeno comentario en el
cual dice haberse semirretirado, se entiende que voluntariamente, de
la actuación, y que sufre fuertes depresiones que en vez de llevarle
al alcohol, las drogas, el sexo u otras actividades divertidas, le da
por comer y ver 'Top Chef'. Pues vale.
Ojo, me creo lo de la depresión. Es
habitual que tras haber gozado de un gran protagonismo, convertirse
en increíblemente conocido, ganar mucho dinero y tener a las
jovencitas a tus pies, cuando eso se va, el que lo haya gozado no
suele asumirlo bien. Seguro que todos tenemos en mente a David
Hasselhoff y su pringosa hamburguesa completamente ebrio, por
ejemplo, pero hay casos a patadas. En su caso, también le da por las
hamburguesas, pero según él no va más allá.
El caso es que creo que tampoco ha
asumido la realidad. Me refiero a lo de “semirretirado” que dice
en su comunicado emitido en Facebook. No, no estás semirretirado.
Estás, como suele suceder en los actores que se convierten en muy
populares por un papel televisivo, “encasillado”. Si sales en
cualquier serie, el espectador va a decir: “¡mira, el de los
tatuajes de 'Prison Break'!”, con lo cual se pierde buena parte de
la suspensión de incredulidad. Muchos actores no son capaces de
deshacerse de un papel así, y menos los limitados.
También declara abiertamente haber
tenido pensamientos suicidas, lo cual encaja con el perfil. No deja
de ser cierto, seguramente, pero eso no le ayudará. Nadie quiere un
actor con tendencias suicidas. Y comer en exceso, al igual que beber
por galones o esnifar por gramos, no deja de ser una pulsión
suicida. Finalmente habla de perdón, redención y demás cosas, pero
no suena creíble, porque el que se desliza por ese pozo, no sale
escribiendo sobre esperanza.
Le deseo lo mejor como ser humano, y
espero que sea capaz de buscarse un ocupación ahora que lo de actor
no va bien. Pero si un día me encuentro con la noticia de que este
muchacho acaba mal, no será más que lo previsible. Juguetes rotos
de una máquina de devorar seres humanos llamada televisión, que
después se deshace de ellos y pasan a otra cosa, sin remordimientos.
Solo son negocios.
*
Ingresa en prisión el concejal José
Andrés Bódalo, de Jaén en Común, por agredir supuestamente a otro
concejal, que era del PSOE. Una acto cuestionable que redunda cada
vez más en la desigualdad de la justicia, con guante de terciopelo
para según quién, y su cada vez más patente descrédito.
Sin embargo, no puedo evitar ver que de
nuevo Podemos ya tiene otro mártir de los suyos, que se une a Zapata
y sus twits (infame), Rita Maestre o los titiriteros y su encarcelamiento (peor
todavía, aunque lo gracioso es que la denuncia inicial partió del
propio Ayuntamiento de Madrid). Curiosamente el SAT no pone tanto
entusiasmo en denunciar persecuciones cuando los empurados son más
de 260 trabajadores de otros sindicatos. Les suele pasar que se creen
el ombligo del mundo y los demás viven permanentemente equivocados y
lo que les sucede no es tan grave como lo suyo.
Sin embargo, cualquier atisbo de
simpatía que pueda sentir por el sindicalista andaluz injustamente
encarcelado sufre en cuanto abre la boca la lideresa podemita de
Andalucía, la francamente limitada Teresa Rodríguez. No tiene mejor
idea que enloquecer y comparar a esta acémila con Miguel Hernández.
Por favor. Por favor.
*
Polémica en la Semana Negra de Gijón.
Parece ser que no hay ninguna mujer finalista. Se barajan todas las
posibles causas: machismo estructural, descuido, patriarcado
inconsciente, ninguneo a las mujeres… De la calidad (o su ausencia)
en las novelas, no se habla. Por si acaso.
*
Nueva entrega de “Carmenadas”, que
con el tiempo será la categoría más numerosa del blog. Dice la alcaldesa que el Valle de los Caídos debería llamarse el Valle de
la Paz, algo que a Franco no le hubiese disgustado, porque según la
mitología francofascista, el Caudillo nos trajo 40 años de tal
cosa. Lo de esta señora no sé si es ignorancia o perversidad.
*
Redacción de un periódico cualquiera:
-¿Has visto esta foto?
-¡Hostia, qué buena! Directa a
portada, a cinco columnas…
-Es en Arabia Saudí.
-Ah.
*
El anteriormente despiadado crítico
Javier Pérez de Albéniz, cuyo colmillo se ablanda cuando se trata
de Podemos, desgrana las sandeces que los analistos dicen sobre su
amado Pablo Iglesias. Da pena ver a un crítico de referencia
convertido, desde hace meses, en otro más de los que cada vez que
habla de Podemos tiene que limpiarse de la boca una sustancia
viscosa.
*
El PP se presenta en el Pleno de
Valencia únicamente con independientes. Los otros, los de carnet del
PP, están todos imputados por corruptos. La imagen del
“independiente” rodeado del resto del equipo de imputados es otra
más para el archivo de los horrores de este país y lo que la gente
votó masivamente durante décadas.
*
Nacho García Velilla prepara una serie
sobre un burdel llamado “Villaviciosa”. La de Odón y la de
Asturias tratarán de demandar o de aprovechar el tirón, según les
dé.
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