Que este país no tiene remedio es algo
que sabemos todos. Me di cuenta hace casi cinco años, cuando una
banda de desideologizadores se dedicó a lavar el cerebro, con la
correspondiente retransmisión televisiva, a un montón de gente.
Decían paridas como “que no nos representan” y “son todos
iguales”. El resultado está escrito en la historia, para escarnio
de esa gentuza: el PP arrasó en las elecciones municipales y
autonómicas de una semana después y en noviembre ganaría por
mayoría absoluta y aplastante. Felicidades, agitamanitas.
Muchos siguen vendiendo que el 15-M “lo
cambió todo”. A peor, claro, pero eso no lo dicen. Incapaces de
reconocer que han metido la pata, venden supuestos éxitos en otros
países como éxitos propios. Por ejemplo, la llamada “revolución
de las cacerolas” de Islandia, cuyo éxito quedó a la vista con
los papeles de Panamá. Ese vuelco democrático alumbró el
gobierno de un corrupto, más o menos lo que ha sucedido en España.
Todo un éxito, los verdaderos poderes capitalistas están muy
tranquilos con el 15-M como lo estuvieron con el Mayo del 68 aquel,
cuyo gran éxito fue darle la mayoría a un fascista como De Gaulle.
No aprendemos de la historia y así nos va, sobre todo porque tanto
un mayo como el otro rechazó vehementemente a los partidos de la
izquierda, allanando el camino a la derecha. Lo dijo Marx, tal vez el
mayor visionario de la historia, con aquello de que “la historia
siempre se repite, primero como tragedia y luego como farsa”. La
tragedia fue el Mayo del 68. La farsa, el 15-M.
En todo caso, este país siempre fue
muy eficiente para aplastar a la lucha obrera. Para otras cosas da
pena, pero para tenernos a todos en el redil, funciona como un
mecanismo de relojería. Lo más cerca que estuvimos de tener un
estado social y de los trabajadores acabó en un golpe de estado, una
guerra y un genocidio. No sabían otra manera de hacerlo que ahogando
en sangre a los rojos, pero si hubiesen sabido lo fácil que era, no
os quepa duda de que hubiesen creado un “Febrero de 1936” que,
diciendo “no nos representan”, hubiera evitado la guerra a base
de darle a la derecha fascista el poder. En el fondo, al menos, ellos
han evolucionado en sus métodos y se han vuelto más sibilinos.
Yendo a lo que interesa, que es el
descenso de este país a las catacumbas, hemos visto este fin de
semana movilizaciones. ¿Defendían la sanidad pública? ¿La
educación? ¿Era contra los recortes impuestos por la UE? ¿Pedían
una reforma constitucional? ¿Un cambio en la ley electoral? ¿Evitar
otra guerra criminal en Oriente Medio? No. La gente salió a la calle
a causa de Gran Hermano VIP, un auténtico sumidero.
La querella trataba de un
enfrentamiento entre los seguidores del orangután de Carlos Lozano y
Laura Matamoros, una chica de la que no se conoce más profesión que
ser hija de su padre, lo cual sirve de currículum en este país para
ganarse la vida. Supongo que el eslabón perdido apellidado Lozano
sacará unos euros haciendo tourné por los programas más infectos
de Telecinco, hoy todos bajo el nombre de “Sálvame”. A la
muchacha le espera paga extra enseñando las tetas en “Interviú”,
para disfrute de pajilleros terminales y de curas que se quedaron a
medias con el sujetador de Rita Maestre.
Por supuesto, la sangre no llegó al
río. Los manifestantes que apoyaban a unos y a otros no se
enfrentaron más que amistosamente y, desde luego, la policía no
cargó. Que una cosa es una manifestación de clase, pidiendo
derechos, con la cual la policía se emplea a fondo, y otra es un
montón de ganado apoyando a machistas imbéciles o a mujeres que
mercadean con su genética. Es el gran triunfo del sistema. No solo
han ganado no apareciendo como los culpables (¿han oído muchas
veces eso de que la crisis se debe al capitalismo insaciable?), si no
que encima logran que la gente se movilice por gilipolleces. España,
rá rá rá.
*
Claudio Ranieri escribe una emocionante
carta contanto los secretos de su Leicester. Todo muy emotivo,
maravilloso, lacrimógeno... el cuento de la cenicienta futbolística.
Que haya salido hace una semana que jugadores de su equipo se dopan cual ciclistas no tiene nada que ver, es casualidad. Que hablamos de
fútbol, coñe.
*
Alberto Contador por fin gana algo. Se
trata de la Itzulia, que como de costumbre se decidió en la
contrarreloj. La carrera, al final, ha sido aburridísima. Tantas
etapas con perfil de serrucho para que como siempre se decida todo en
la última contrarreloj, todas las etapas han tenido parecido
desarrollo, muy emocionante para el que solo ve ciclismo en julio,
pero monótona para el que busca algo más de este deporte a parte de
exhibiciones de mutantes. Por lo menos, hoy se corre la
París-Roubaix, uno de los puntos álgidos de la temporada ciclista,
que va más allá del Tour y la Vuelta. Por cierto, Contador, cual prima donna, ahora dice que igual no se retira.
*
Sigue la campaña de la derecha para favorecer a Podemos. Hablan de su financiación y los misterios que
hace tiempo que sabíamos, pero se empeñan en vincularlo a Irán y
Venezuela, que así fomentan el victimismo congénito de esa gentuza
desmovilizadora y desideologizadora. No, señores, los que financian
a Podemos no están, como diría aquel, en montañas ni en desiertos
lejanos. A día de hoy siguen siendo el único partido que no solo no
ha pagado por propaganda electoral en Prime Time, sino que además
les pagaban a ellos. Al menos a Pablo Iglesias el Pobre. Atentos a la
noticia, que dicen que desde que es diputado no cobra. De lo que se
infiere que en plena campaña electoral sí. ¡Olé!
No hay comentarios:
Publicar un comentario